Las ventajas de reciclar son numerosas tanto para el medio ambiente como para la ciudadanía, pero debemos hacerlo de la manera correcta.
El tipo de basura que generamos en nuestros hogares depende de varios factores, pero según varios estudios la composición media de nuestra basura se puede estimar en:
- 45% de materia orgánica: restos de alimentos, de hierbas y plantas
- 21% de papel y cartón: envases de cartón, revistas y periódicos
- 11% de plástico: embalajes, botellas, juguetes…
- 7% de vidrio: botes, botellas, frascos…
- 3% de metales: latas y envases metálicos, piezas…
- 13% de otros materiales: escombros, medicamentos, residuos eléctricos y electrónicos, aparatos, pilas…
Y el 84% es reciclable. ¡No perdamos la oportunidad de ser más sostenibles!
Instala una basura o cesta para cada grupo de residuos:
- para el vidrio: botellas de vidrio, tarros de cristal, tarros de yogur o de mermelada.
El vidrio es infinitamente reciclable. - para los envases: botellas y frascos de plástico, latas, bandejas de aluminio, aerosoles, …
Los envases se transforman en nuevos productos. - para el papel: cartones de alimentos, cajas de cartón plegadas, papel, periódicos, revistas, …
El papel se transforma en nuevos productos. - para lo orgánico: restos de comida, las peladuras, las cáscaras, …
Los residuos de alimentos se transforman en compost. - para el resto: envases y papeles sucios (cartón de pizza grasiento, pañuelo de papel…), objetos pequeños que no se pueden reutilizar o que están demasiado sucios (pañal de bebé, bastoncillo de algodón), … todo aquello que queda después de clasificar los residuos reciclables.
Estos residuos no son reciclables.