¡Un aliado para el desarrollo sostenible!
El autoconsumo compartido es el que permite a varios consumidores de energía eléctrica, producir y consumir su propia electricidad mediante instalaciones de energías renovables próximas y asociadas a ellos.
Supone un ahorro en la factura eléctrica y una menor dependencia de los cambios de precio de la tarifa eléctrica.
Normalmente, estas instalaciones se amortizan en periodos que van de los 5 a los 8 años, pudiendo llegar a generar un ahorro de hasta el 70% en el consumo eléctrico. Considerando que la vida útil de una instalación fotovoltaica es de 25-30 años, la rentabilidad de un proyecto de autoconsumo colectivo es, por lo general, muy elevada.
Existen 2 tipos de autoconsumo compartido:
(Real Decreto 244/2019 del 5 de abril)
- con excedentes, la instalación vuelca sus excedentes a la red eléctrica:
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- acogidos a compensación: la energía sobrante se cede a la comercializadora a cambio de una rebaja o compensación en la factura eléctrica.
- no acogidos a compensación: la energía sobrante se vierte a la red y se vende al precio de mercado.
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- sin excedentes, sin compensación, han de disponer de un kit anti-vertido, siendo su principal ventaja la facilidad burocrática y administrativa.
Requisitos para una instalación de autoconsumo compartido:
Las instalaciones de conexión a través de la red pública deberán cumplir al menos uno de estos 3 requisitos:
- Todos tienen que estar conectados al mismo centro de transformación.
- La distancia máxima entre las instalaciones y los puntos de consumo es de 2 kilómetros.
- La producción del sistema fotovoltaico y los usuarios debe estar registrados en la misma referencia catastral, teniendo en cuenta los 14 primeros dígitos.
Uno de los beneficios a tener en cuenta a la hora de una instalación de este tipo es que usamos el sol como energía, de esta manera evitamos la emisión de varias toneladas de CO2 al medioambiente, reduciendo nuestro impacto ecológico y nuestra huella de carbono.